----- Forwarded Message -----From: 'niem.migr' NIEM.migr@xxxxxxxxx [niem_rj]
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GMT-5Subject: [NIEM] Venezuela, Colômbia e México
http://www.elespectador.com/ noticias/el-mundo/los- refugiados-la-otra-crisis- ;
venezolana-articulo-702582
Los refugiados, la otra crisis venezolana
El Mundo11 Jul 2017 - 10:00 PMDaniel Salgar Antolinez
Latinoamérica no sólo enfrenta la necesidad de encontrar una solución al
problema interno de Venezuela, sino al drama de miles de venezolanos que
salieron de su país debido a la crisis humanitaria y requieren protección
internacional.
Roraima, en Brasil, ha recibido miles de venezolanos. EFE
Desde hace por lo menos un año, múltiples organizaciones vienen insistiendo en
que la crisis humanitaria de Venezuela está creando también una crisis regional
de refugiados venezolanos. El pasado viernes, en una audiencia ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo confirmó el director legal de
Acnur para las Américas, Juan Carlos Murillo, cuando dijo que quienes salen de
ese país por la crisis requieren el estatus de refugiados. Lo preocupante es
que la realidad va en sentido contrario: hay cada vez más venezolanos
solicitantes de refugio, pero menos refugiados.
La crisis humanitaria de Venezuela está marcada por la escasez de alimentos, la
falta de medicamentos y de atención adecuada en centros hospitalarios, así como
la falta de una respuesta estatal para suplir estas necesidades y garantizar
derechos básicos. A esto se suman la situación de riesgo de defensores de
derechos humanos, la represión de las manifestaciones, la detención sin debido
proceso, la vulneración de garantías y derechos políticos, la inseguridad
rampante, entre otros problemas por los cuales miles de venezolanos han salido
de su país, unos de manera forzada y otros no, unos de manera regular y otros
no.
“Es claro que los venezolanos no salen a buscar mejores oportunidades
económicas, sino que muchos salen para sobrevivir. El problema es de
refugiados. Hay unanimidad entre múltiples instancias y organizaciones
internacionales, incluso organizaciones venezolanas, como colegios de médicos,
respecto a esta violación masiva de derechos por la cual huyen personas en
busca de protección”, dice Jorge Acero, director regional de servicios legales
y enlace comunitario de Asylum Access América Latina.
El informe de las organizaciones solicitantes dice que hasta 1992 los
venezolanos en otros países no excedían los 300.000 y tenían cerca de 20 países
de destino. Para 2015, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
estimó en 606.281 los que salieron de Venezuela. Ahora, distintos estudios
hablan de entre 1’500.000 y 2’500.000 venezolanos en 94 países distintos. Es
difícil tener números exactos debido a la opacidad de las cifras oficiales (el
Estado venezolano no reconoce que exista crisis humanitaria y que por lo tanto
sea un país expulsor de población) y al considerable volumen de la migración
irregular.
El director legal de Acnur señaló en la audiencia que en Venezuela vemos cómo
un país que fue de los más generosos en protección a refugiados se convierte en
país de origen de solicitantes de refugio. Enfatizó que “esta región debe estar
preparada para una nueva crisis de refugiados y en consecuencia se debe
garantizar acceso, derecho de asilo y el principio de no devolución (...) Acnur
hace un llamado enfático a que los estados que reciben venezolanos no los
devuelvan a su país de origen mientras la presente situación no cambie de
manera significativa”.
En cuanto a las cifras, dijo que si bien no hay mucha información confiable,
algunos datos preliminares encienden las alarmas: “En Colombia se habla de más
de un millón de venezolanos. El caso del Caribe es desproporcionado: en Aruba,
con una población de 120.000 personas, se habla de más de 20.000 venezolanos.
Dependiendo de cuál Estado o territorio sea en el Caribe, se trata de más del
10 % de la población de ese territorio o país”.
El problema es que la cantidad de solicitantes de asilo aumenta, mientras la
cantidad de refugiados disminuye. Según el comunicado de la CIDH y Acnur por el
Día Mundial del Refugiado (20 de junio), en 2012 había 505 venezolanos
solicitantes de refugio y 8.208 venezolanos refugiados en el mundo. Para 2016,
eran 45.088 solicitantes y 7.537 refugiados. Es decir, entre 2012 y 2016 hubo
un aumento del 8.828 % de solicitantes, mientras que en el mismo período la
cantidad de refugiados se redujo 8 %.
El impacto migratorio no es sólo problema de los países vecinos. En Argentina,
por ejemplo, la comunidad venezolana se duplicó en 2016. El país pasó de tener
13.049 venezolanos registrados en 2015 a 24.347 al cierre de 2016, según la
Dirección Nacional de Migraciones. Este incremento se explica por la facilidad
para tramitar la residencia en menos de un mes y vivir y trabajar legalmente
durante dos años, según lo convenido en el Mercosur.
A las organizaciones de sociedad civil les preocupa que, mientras aumenta la
cantidad de venezolanos en Argentina, el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia
70/2017 obstaculiza el ingreso y la permanencia de migrantes y acelera la
expulsión de personas con antecedentes penales, ignorando su estado migratorio.
Además de Argentina, los principales países de destino de los venezolanos son
Brasil, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Panamá y Estados Unidos, según la OIM.
En todos ha aumentado la migración de venezolanos y de venezolanos solicitantes
de refugio, entre 2014 y 2016.
En Brasil son más de 12.000 venezolanos los que han entrado y permanecido desde
2014. Sólo durante los primeros once meses de 2016 entraron 7.150. Y hay una
evidente demora en los trámites de solicitudes de refugio: hasta el 31 de
diciembre del año pasado sólo se habían resuelto 89 de los 4.670 casos de
venezolanos que habían pedido asilo desde 2012 y se había concedido asilo en 34
de esos casos.
Un punto crítico en Brasil es el estado fronterizo de Roraima, donde “la
migración sin precedentes (...) está poniendo al límite de su capacidad al
sistema público de salud, que ya estaba saturado”, dice el informe de los
solicitantes. En 2016, 514 venezolanos fueron deportados de Roraima, mientras
que los deportados en 2015 fueron 20, según la Policía Federal de ese estado.
En Colombia hay por lo menos 300.748 venezolanos, de los cuales sólo 47.305
están de manera regular, 153.443 superaron el tiempo de permanencia y entre
100.000 y 140.000 ingresaron de manera irregular, según Migración Colombia. En
una frontera tan porosa y extensa como la colombo-venezolana, donde hasta ahora
se implementan herramientas de monitoreo con apoyo de la OIM, es posible que
las cifras y los desafíos sean mayores. Como dijo el director legal de Acnur,
se podría hablar hasta de un millón de venezolanos en territorio colombiano.
A diferencia de Argentina o Uruguay, Colombia suspendió desde 2014 la visa
Mercosur para venezolanos, por falta de reciprocidad de parte del país vecino.
En Colombia también hay un incremento de solicitantes de refugio venezolanos.
En el 2015 fueron 119 solicitudes y a mediados de 2016 ya se contaban 191.
Datos de Cancillería citados por Codhes indican que sólo durante marzo pasado
se presentaron 212 solicitudes. En los últimos 10 años, son los venezolanos
quienes más han solicitado asilo, después de los cubanos. Según el informe
temático de la audiencia en la CIDH, no se tiene información sobre tasas de
reconocimiento, pero “se ha reportado un período extenso de tiempos de
respuesta y la imposibilidad de ejercer su derecho al trabajo”.
Para la población pendular, que viene a Colombia temporalmente y regresa a
Venezuela, se implementa la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) desde mayo de
2017. Esto ha facilitado la movilidad en zonas de frontera para al menos
455.094 venezolanos, pero tiene limitaciones a la temporalidad (no puede
exceder los seis meses), la posibilidad de movilizarse más allá del territorio
fronterizo y el acceso a derechos como trabajo, salud, seguridad social,
educación o actividades financieras.
Jorge Acero señala que la TMF “no es una medida de protección ni una respuesta
humanitaria, pues no se trata de que la persona pueda cruzar la frontera a
comprar víveres y volver a su país. Eso incluso puede ir en contra del
principio de no devolución y mantiene la posibilidad de que sea detenida o
deportada si no cumple ciertos requisitos. A la par de esto, en Colombia se han
multiplicado las sanciones, incluyendo deportación o sanciones económicas a
venezolanos”.
Según datos de Migración Colombia citados en el informe temático de la
audiencia, las sanciones a venezolanos “incluyen deportaciones —11 en 2012,
frente a 861 en lo corrido de este año—; expulsiones —pasaron de cuatro a 111—,
y sanciones económicas —de 1.098 personas en 2012 ya llegan a 1.815 en menos de
cinco meses—”.
Los estados de las Américas no sólo enfrentan la necesidad de buscar soluciones
a la crisis interna de Venezuela, sino de priorizar una respuesta efectiva para
los venezolanos que están fuera de las fronteras de ese país. Una opción es,
como señalan los solicitantes de la audiencia, el trámite de visas humanitarias
que permitan “regularizar la permanencia de personas no refugiadas pero cuyo
retorno no es posible o recomendable por razones humanitarias u otras de
especial relevancia”.
https://amp.theguardian.com/ world/2017/jul/17/venezuela- ;
migrants-americas-leaving-home
A man crosses the Francisco de Paula Santander international bridge, linking
Urena, Venezuela, and Cucuta, Colombia. Photograph: George
Castellanos/AFP/Getty Images
Sibylla Brodzinsky in Bogotá, Dom Phillips in Rio de Janeiro, Dan Collyns in
Lima and Uki Goñi in Buenos Aires
Monday 17 July 2017 08.00 BST Last modified on Monday 17 July 2017 22.00 BST
There are no luxuries in the four-room house in southern Bogotá, where 12
recently arrived Venezuelans huddle on thin mattresses under even thinner
blankets to ward off the Andean mountain chill. They have no hot water, and
what few furnishings they have were salvaged from a nearby dump.
They work 12-hour shifts at car washes or kitchens, earning between $6.50 and
$13 a day. Because most do not have work permits, they are under constant
threat of deportation.
But life here is better than what they left back home in Venezuela’s Zulia
state, said Paola González, 21, who arrived in Bogotá in mid-June. “At least
now a day of work allows us enough to eat and even send some money back home,”
she says. “In Venezuela, we couldn’t get by.”
As Venezuela falls further into a humanitarian disaster of economic collapse
and political repression, more of its citizens are fleeing a country which once
served as a haven for economic migrants and political refugees from around the
world.
In the past, many Venezuelans headed to rich countries like US and Spain, but
the latest wave of émigrés are increasingly choosing to stay in Latin America –
often putting pressure social services that are unprepared to accommodate an
increase of migrants.
“For the first time, Venezuela is producing rather than receiving migrants,”
said Tomás Páez, a Caracas-based sociologist who in 2015 published a study on
the Venezuelan diaspora in which he estimated that 7% of Venezuela’s native
population of 31 million lived outside the country.
It was wealthy and professional Venezuelans who spearheaded the exodus after
the late Hugo Chávez began his self-styled socialist “revolution” in 1999 –
often citing rampant crime or political discontent as their reason behind
leaving.
Venezuela on the brink: a journey through a country in crisis
On Chavez’s death in 2013 from cancer, Nicolás Madurowas elected to succeed him
as president. Since then, the situation has deteriorated dramatically, with
triple-digit inflation, snaking food lines, shortages of medical supplies and
vicious repression against the opposition.
The worsening conditions have left the social safety nets put in place by
Chávez in tatters, and the new migrants include many poorer Venezuelans who
once considered themselves Chavistas.
Only a fraction of those leaving formally seek asylum but the number of those
who do is soaring. Last year, there were 27,000 Venezuelan asylum seekers
worldwide. So far in 2017, more than 52,000 have applied for asylum, according
to UNHCR, the UN’s refugee agency.
For many, the easiest destination to reach is Colombia, just across a porous
and largely unprotected border.
Most follow well-worn paths skirting immigration controls along the 1,400 mile
(2,200km) line that separates the two countries. That makes it difficult to
calculate the numbers: UNHCR puts the figure at about 300,000, but the
Association of Venezuelans in Colombia reckons there are about 1.2 million
Venezuelans now living in the country of 45 million.
And Colombia’s government is bracing for more. It recently sent a delegation to
Turkey to study that country’s experience with Syrian refugees.
Not so long ago, the countries’ fortunes were reversed: Venezuela took in
millions of Colombians during the 1970s and 1980s, when Venezuela was riding an
oil boom and political stability while Colombia was trapped between
narco-terror and a rebel insurgency.
Today, Colombia is steadier politically and economically than its neighbour,
but officials say it lacks the financial and social resources to be able to
respond to large numbers of migrants.
Venezuelans are granted a special border area migration permit for 90 days but
it is not valid in the rest of the country. In 2016, Colombia deported 1,956
Venezuelans – more than an eightfold increase from the year before, according
to official statistics.
At the Brazilian border state of Roraima, Telma Lage, a nun from the Centre for
Migration and Human Rights, said it recently helped 290 Venezuelans with asylum
applications on just one recent day.Though less populated than the Colombian
side, Venezuela’s border with Brazil has also seen an increased number of
migrants, catching authorities off guard.
Many are part of the Warao indigenous group, hundreds of whose members began
arriving in May. The state government provided a shelter in a gymnasium in the
state capital, Boa Vista, but conditions for the 400 or so people living there
are rudimentary. “It is a deposit of people,” Lage said. Many of them ask for
money on the streets; others find whatever odd jobs they can.
At least 500 Warao have moved on to the city of Manaus, where many camped out
in the bus station until a shelter was opened to house 300 of them. On Friday,
200 were moved to five houses rented for them, said Padre Orlando Barbosa from
the Manaus branch of the Catholic organization Cáritas. Another thousand
non-indigenous Venezuelans are also in the city, he estimated.
In March, the Brazilian government introduced a two-year temporary residence
option, but the low value of the Venezuelan currency makes the $96 it costs
more than many can afford, said Maria Canineu, Brazil director of Human Rights
Watch. NGOs, prosecutors and unions have asked the government to exempt
Venezuelans from the cost.
“Brazil has kept its frontiers open – and this is fundamental,” said Luiz
Godinho, a spokesman for UNHCR in Brasília.
In small Caribbean countries, the Venezuelans’ arrival has had a greater
impact, said Charlotte Ridung, UNHCR’s senior protection adviser for the
Venezuelan situation. Trinidad and Tobago, a country of 1.3 million, has
received 40,000 Venezuelans. Similar situations in Panama and the Dominican
Republic have reportedly led to Venezuelans being harassed and told to “go
home” by local citizens.
Dominican officials have seen a surge in the number of Venezuelans arriving on
direct flights from Caracas as drug mules, lured by the promise of a new life
in the Caribbean country. Some critics have called on the government there to
require entry visas to stem the flow.
But other countries are better prepared to receive their Bolivarian brothers.
Mariella Erminy, 56, arrived in Peru in May with her pregnant daughter,
son-in-law and his mother, looking for better medical care for the unborn child.
“The Peruvians have received us marvelously,” said Erminy, who worked as a
lawyer in Caracas but in Lima makes a living by selling traditional Venezuelan
dulcito de leche sweets.
In February, Peru introduced a special visa allowing Venezuelans already in the
country to study, apply for jobs and get a bank account and access health
services for up to a year. Some 6,000 Venezuelans were granted the visa and
another 4,000 applicants are still awaiting approval, said Peru’s immigration
superintendent, Eduardo Sevilla.
“Peru is a country which remembers,” Sevilla said, referring to the thousands
of Peruvians who, fled home in the 1970s and 1980s to escape military
dictatorship and economic hardship. “In the same way that Venezuela received
Peruvians in the past, we will receive them too,” Sevilla said.
Argentina has also made it easy for Venezuelans to obtain a work permit, thanks
in part to a similar historical gratitude toward Venezuela, and because both
countries are members of South America’s Mercosur common market.
The family of Tamara Taraciuk, a senior researcher with Human Rights Watch,
escaped Argentina just before the 1976 military coup. “We will always be
grateful, Venezuela welcomed us with open arms,” she said.
The number of Venezuelans starting a new life in Argentina has increased
exponentially since Maduro took office, from 1,911 in 2012 to 12,859 last year,
according to Argentinian government statistics.
Since last year, the number of arrivals has risen by almost 250% to a total of
8,333 new Venezuelans during the first quarter of 2017, compared with a
quarterly average of only 3,215 in 2016.
But new arrivals in Argentina and elsewhere usually have to settle for
lower-skilled jobs than they had at home.
“I had to leave behind my profession and my optometrist’s office,” said Joel
Galíndez, 26, from Maracay in north-central Venezuela, who arrived in Buenos
Aires in March 2016 and now works as a sales attendant at an eyeglass shop.
“The only quality export of Venezuela’s revolution is university-trained
professionals,” said María Eugenia Contreras, 32, who left Caracas in 2015 to
settle in Uruguay. “I’m a lawyer with a master’s degree and my first job in
Montevideo was selling Christmas decorations at a supermarket.”
As they try to make new lives in their new surroundings, Venezuelans keep close
tabs on news from home mostly through WhatsApp messages and phone calls with
those who stayed behind.
Galíndez, in Buenos Aires, said his girlfriend, an anesthesiologist who is
still in Venezuela, is desperate. “We communicate by WhatsApp every day and
what she describes is open battle,” he said. Clashes between protesters, and
security forces and paramilitary militias have left more than 90 dead since
March.
“About 80% of my friends are making emergency plans to leave,” said Contreras,
in Montevideo.
http://www.ultimahora.com/ unos-300000-venezolanos- entraron-busca-refugio- ;
colombia-n1094962.html
Unos 300.000 venezolanos entraron en busca de refugio a Colombia
Un total de 300.748 venezolanos ingresó en los últimos siete años a Colombia
"con vocación de permanencia", revelaron en Bogotá fuentes de Migración. Vista
general del cruce de frontera con Venezuela desde Cúcuta (Colombia).
EFE/Archivo EFE.
El director de Migración Colombia, Christian Krüger, explicó en una conferencia
de prensa que de ese total, 47.305 personas están en condición regular, 153.443
"superaron el tiempo de permanencia" otorgado para una visa y entre 100.000 y
140.000 no registraron su ingreso o no entraron por los puestos formales.
Mientras que al contabilizar los ingresos con la Tarjeta de Movilidad
Fronteriza, un documento exigido por las autoridades colombianas desde el
pasado 1 de mayo para los habitantes de las zonas limítrofes que se desplacen
entre ambos países, indicó que 455.094 venezolanos han entrado a territorio
nacional.
"Esta migración se ha denominado 'de péndulo', es decir, que no viene a
quedarse en nuestro país, pero sí tiene una necesidad o algún motivo para
ingresar a nuestro territorio de manera periódica", aclaró el funcionario.
Entre los motivos del ingreso de estas personas, Migración identificó que un
58,2% lo hace para comprar víveres, un 16,1% para visitar familiares, un 7,6%
de turismo y un 18,1% por otros motivos.
Por su parte, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) reveló que
el 67% de las personas que cruza la frontera entre ambos países tiene
nacionalidad colombiana o de ambos países.
La OIM analizó los flujos migratorios en tres pasos oficiales y uno no formal
en los municipios de Cúcuta y Villa del Rosario, en el departamento de Norte de
Santander, así como en Arauca, la capital de la región homónima.
Al analizar los asentamientos en esas localidades, se determinó que 5.378
personas residen en 47 puntos de esos municipios, de las cuales un 43% se
identificó como colombiano y un 24% como colombo-venezolano, mientras que un
33% dijo ser venezolano.
De ese total, un 26% son adultos de sexo masculino y 26% mujeres, mientras que
un 49% son menores de edad, añadió la investigación, denominada "Matriz de
Monitoreo de desplazamiento en la frontera colombo-venezolana.
Dicha herramienta ha sido usada en 40 países y en una segunda fase del estudio
esperan expandirse a nuevas zonas de la extensa frontera de 2.219 kilómetros
que une a ambos países.
El director de Programas de la OIM en Colombia, Fernando Calado, llamó a las
autoridades locales a reflexionar sobre la "necesidad de trabajar en políticas
públicas que prevengan la xenofobia, que ayuden a la integración de las
personas que retornan, cuando son nacionales, y en una integración solidaria de
los migrantes".
En ese contexto, recordó la "solidaridad de la que ha gozado Colombia frente a
sus connacionales en distintos países como producto de la migración que se dio
durante mucho tiempo".
Calado consideró fundamental garantizar los derechos de educación, salud y de
protección de los menores que lleguen al país para garantizar sus derechos.
Además, descartó referirse a la situación de las fronteras como una crisis
humanitaria, al advertir que no son "partidarios de poner etiquetas".
http://www.reporteindigo.com/ reporte/mexico/crisis- ;
venezuela-habitantes-huida- refugio-mexico-migracion
Venezuela, el exilio
Miles de ciudadanos provenientes de Venezuela buscan huir de la crisis política
económica y social de su país, y tras largos esfuerzos logran refugiarse en
México. El Instituto Nacional de Migración advierte que hay una cifra incierta
de venezolanos que intentan ingresar al país por Guatemala o Belice evitando
pasar por los filtros de migración
POR RUBÉN ZERMEÑO - Viernes 21 de julio de 2017Debido a la profunda crisis
política, económica y social que arrasa a Venezuela, miles de venezolanos
buscan huir de su país, muchos de ellos y tras largos esfuerzos logran ponerle
fin al éxodo refugiándose en México.
No es sencillo llegar hasta México, la inflación y el control del Estado de las
divisas hacen que sea casi imposible para sus habitantes viajar fuera de su
país.
Los que logran salir suelen ser profesionistas exitosos, con una condición
económica y social privilegiada, pero la historia no es igual para todos.
Alexander Caldera Rodríguez es apenas un crío, al igual que cientos de jóvenes
venezolanos protesta en las calles contra el régimen de Maduro, al igual que
todos sueña con progresar, está consciente de que en Venezuela ahorita no es
posible.
“Hola, buenos días, espero estén bien. Mucho gusto soy Alexander Caldera. Me
gradué la semana pasada de Bachiller, dado a lo que está pasando en mi amado
país, me veo obligado a trabajar. Y no fui a mi fiesta de graduación por estar
trabajando, es triste pero es un sacrificio. Quisiera saber cómo me puedo ir a
México a estudiar y trabajar. Por favor si saben cómo es la movida para irme
legal estaré agradecido”, escribió pidiendo ayuda el joven en uno de los tantos
grupos de Facebook de venezolanos que viven o buscan vivir en México.
Las respuestas al joven no fueron esperanzadoras: conseguir una visa de
estudiantes para cursar la universidad u optar por una visa de trabajo, pero
siendo que el estudio máximo del joven es el bachillerato no ganaría más de 4
mil 500 pesos al mes.
Los números
Desde que la crisis en Venezuela comenzó, el éxodo de venezolanos buscando
mejores oportunidades y condiciones de vida también inició en México.
Las cifras oficiales señalan que en 2009, la comunidad venezolana en México era
apenas de 10 mil 67 personas. Desde entonces, el Instituto Nacional de
Migración (INM) ha otorgado tarjetas de residencia permanentes y temporales, ya
sea para trabajar o para reunirse con sus familias, a 33 mil 331 venezolanos.
La cifra podría ser mucho mayor, tal vez hasta 100 veces más grande, ya que de
enero del 2014 a diciembre del 2016, entraron al territorio mexicano cerca de
321 mil 705 ciudadanos venezolanos, como turistas.
Después de que sus visas vencieran, muchos se quedaron en México como
indocumentados y no acudieron al Instituto a regularizar su estatus migratorio.
Además de esto, el INM advierte que hay una cifra incierta de venezolanos que
están tratando de ingresar por la frontera sur de México, ya sea por Guatemala
o Belice, para evitar pasar por los filtros de migración.
Mario Madrazo, director de Control y Verificación del INM señala sobre este
repunte en el flujo de venezolanos hacia México, que la mayoría salen hacia
Colombia o Panamá para después llegar a Centroamérica y finalmente intentar
cruzar hacia Chiapas.
“Es un fenómeno que estamos observando desde hace más de un mes y medio y
aunque aún no tenemos cifras precisas, ya conocemos cómo funciona”, declaró.
En el 2017 las cifras siguen creciendo, durante los cuatro primeros meses del
año ingresaron al país 28 mil 571 personas provenientes del país sudamericano,
una cifra que marca una tendencia a la alza y que no se observaba desde el 2014.
“Hoy estamos recibiendo alrededor de 2 mil venezolanos más al mes de lo que
estábamos recibiendo a inicios de año”, detalló Madrazo.
Durante 2017, los venezolanos ocuparon en México el primer lugar en la emisión
de Tarjetas de Residente Permanente (TPR), esto por encima de todos los países
de Sudamérica. El mismo caso ocurre con las Tarjetas de Visitantes por Razones
Humanitarias (TVRH), así lo dio a conocer la Unidad Política Migratoria de la
Secretaría de Gobernación.
El rechazo a viajeros venezolanos en los puntos de ingreso al país también ha
aumentado, principalmente en los aeropuertos, esto debido a inconsistencias
durante sus entrevistas.
“Sí tenemos un aumento en el número de rechazos de venezolanos, pero sería muy
claro en que no hay un endurecimiento en el trato a ninguna nacionalidad, no lo
prevé la ley y no se hace”, recalcó el director de Verificación y Control.
2014 fue el año récord del ingreso de venezolanos en México, entraron al país
más de 178 mil, esto debido a que fue uno de los años más álgidos de las
protestas.
Una esperanza para Eddi
Para Eddi Victor, un conductor de Uber hay esperanza, pudo salir de su amado
Venezuela y recientemente es residente permanente en México, está a la espera
de su esposa e hija que pronto podrán venir a vivir con él.
En 2014 el Gobierno federal publicó el Programa Nacional de Migración 2014-2018
de la Unidad de Política Migratoria, gracias a esto fue como Eddi pudo llegar.
“México es país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Por ello,
la estrategia para su atención es una plataforma y una oportunidad de convertir
al fenómeno migratorio en parte activa de la construcción de una nación en paz,
próspera, incluyente y globalmente responsable, con pleno respeto a los
derechos humanos”, fue el mensaje que dio el presidente Enrique Peña Nieto
cuando publicó el programa.
Eddi llegó sin conocer la ciudad, a comenzar de cero, aguantó cinco años
viviendo la peor crisis por la que ha pasado Venezuela.
“La situación es crítica desde hace cinco años, hay falta de productos básicos
como papel higiénico o hasta una mantequilla, todo lo de la canasta básica.
Fueron pasando los años y todo se fue volviendo más difícil, tenía que irme a
formar a las 4 de la mañana para conseguir un kilo de arroz, había veces que no
alcanzaba y tenía que dejar de comer para que comieran ellas (su esposa e
hija)”, recordó.
Después de hablarlo con su esposa, Eddi decidió salir del país, vendió sus
bienes y con maleta en hombros emprendió la salida a pie desde Caracas hasta
Cucutá, en Colombia, donde tomó un autobús que luego de 16 horas llegó a Bogotá.
Ya en Bogotá tomó un vuelo a la Ciudad de México.
Eddi llegó a México el 29 de marzo, al día siguiente se presentó en las
oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.
“Llegué como turista, me dejaron pasar junto a mi sobrino, sin problemas, en
migración todo tranquilo. Llegué a la Comar al día siguiente para tramitar mi
asilo por razones humanitarias, como refugiado”, recalcó.
Después de llenar un formulario, tener varias entrevistas y luego de tres meses
le dieron su residencia permanente, ahora espera la llegada de su esposa e hija
ya que las cosas se han endurecido en Venezuela.
“Las cosas que se ven en televisión se quedan cortas, mi esposa me ha contado
que ya no se suben a los autobuses a robarte el celular, el reloj o el dinero,
ahora te quitan la bolsa de comida. A mi hija la han tenido que sacar del liceo
por las bombas lacrimógenas”, contó el joven venezolano.
Eddi agregó que la gente que apoya el régimen de Maduro es cada vez menos y que
muchas veces van a las marchas porque les ofrecen comida y licor, muchas otras
por obligación.
“Mi cuñada trabaja en el Ministerio de Sanidad, cada que hay una marcha tienen
que ir obligados y firmar una lista que conste que fue, sino los botan”,
comentó.
En agosto llegará la familia de Eddi, al igual que a él les darán su residencia
permanente, a ellas por el plan de Reunificación familiar de la Comar.
Para Emilio Álvarez Icaza, ex secretario de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos “México es el nuevo Venezuela”, opinión que no comparte Eddi.
“Gracias a Dios aquí me han tratado muy bien, por lo del Uber muchos me dan la
bienvenida, pero luego los escucho quejarse de que en este país también hay
problemas, yo les digo que gracias a Dios están aquí, yo los veo aquí reyes”.
No a todos les va bien
De los miles de venezolanos que buscan entrar a México legalmente no todos
corren con la suerte de Eddi, a muchos de ellos no se les permite entrar, se
les incomunica y reciben malos tratos en migración por parte de los agentes
mexicanos.
Bladimir Ortega esperaba a un familiar proveniente de Venezuela el pasado 15 de
julio, pasaron las horas y no sabía de él.
Una llamada lo tranquilizó, ya estaba en México pero lo tenían retenido.
Gabriel Mares le explicó que su familiar debía de solicitar a los agentes del
aeropuerto refugio y mientras consideraran darle o no el refugio, tendría que
ser enviado a un centro de detención migratoria.
Así no fueron las cosas, al familiar de Bladimir le quitaron su pasaporte, el
celular y fue regresado al día siguiente en un vuelo a primera hora a Colombia,
dijo que lo volvería a intentar.
Buscan democracia desde México
El pasado domingo 16 de julio, 22 mil 583 venezolanos que radican en México
salieron a votar en los 33 centros que se colocaron en todo el país.
A más de 4 mil kilómetros de distancia buscaban impedir con su voto que Maduro
realice la Asamblea Constituyente, pero sobre todo apoyar a los miles de
venezolanos que aún se encuentran allá.
“Esto estuvo de locos, las filas daban y daban vueltas, se terminaron las
papeletas, creo que aún hay esperanza para Venezuela”, comentó Eddi mientras
terminaba de almorzar para irse a trabajar en su Uber.
El día de ayer el gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, hizo un llamado a Venezuela para que suspenda la convocatoria a la
Asamblea Nacional Constituyente.
“El pueblo venezolano se encuentra profundamente polarizado, como lo confirmó
la consulta popular realizada el domingo 16 de julio. Los resultados de dicha
consulta han evidenciado que la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente no hace sino profundizar la división y violencia que ha costado
ya la vida a más de un centenar de personas”, dice el comunicado.
Maduro, aislado
En un carta al País y abogando por la democracia en Venezuela, el director de
orquesta Gustavo Dudamel le dio la espalda al régimen de Nicolás Maduro, que
históricamente apoyó desde la época de Chávez.
Dudamel, desde los cuatro años se formó en uno de los símbolos y emblemas del
chavismo, el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, un
programa que desde 1972 utiliza la música como instrumento de rescate de gente
joven que viven en circunstancias de pobreza, abuso de drogas y crimen.
Fue claro en su carta, por primera vez se manifestó en contra de Maduro y
condenó la violencia que acecha a su país.
“Siento la necesidad y la obligación como ciudadano venezolano de manifestarme
en contra de las elecciones para conformar una Asamblea Nacional Constituyente.
“Pienso en todas las víctimas mortales de estos meses con gran angustia y
dolor; no pueden imaginarse lo que me duele mi país”, decía la carta.
Contundente, Dudamel abogó por la armonía y la democracia que tanto necesita su
pueblo.
Para la pianista venezolana, Gabriela Montero, quien también se formó en la
Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, la actuación de Dudamel fue tardía y volátil.
“Dudamel debió haber hablado hace 250,000 asesinados. Después de sacarle
provecho al régimen, para mi, sus palabras se las lleva el viento”, sentenció
en sus redes sociales.
En el ámbito internacional Maduro ha ido aislando poco a poco a Venezuela.
El día de ayer el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Relaciones
Exteriores hizo un llamado a Venezuela para que suspenda la convocatoria a la
Asamblea Nacional Constituyente.
“El pueblo venezolano se encuentra profundamente polarizado, como lo confirmó
la consulta popular realizada el domingo 16 de julio. Los resultados de dicha
consulta han evidenciado que la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente no hace sino profundizar la división y violencia que ha costado
ya la vida a más de un centenar de personas”, dice el comunicado.
El 26 de abril del 2017, Venezuela inició el proceso para abandonar la
Organización de los Estados Americanos (OEA), lo que originó que 11 países
criticaran la nula democracia que existe en Venezuela, entre los que se
encuentran: Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Estados Unidos,
Honduras, Guatemala, México, Paraguay y Perú.
A inicios del 2016, Venezuela fue suspendida del bloque comercial regional
Mercosur, esto después de incumplir los requisitos para ser miembro debido a la
profunda crisis política y económica que vive el país.
La crisis tuvo uno de sus puntos más álgidos el día de ayer con el paro de 24
horas, el primero en 14 años.
Las calles y los comercios cerraron en la mayoría de ciudades en el país como
protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro.
La medida fue propuesta por la Mesa de la Unidad Democrática en contra de la
Asamblea Constituyente impulsada por Maduro para el 30 de junio.
Además de los negocios y calles cerradas hubo paro en el transporte público y
protestas que terminaron en un centenar de personas detenidas y lamentablemente
la muerte de un joven más. Ronney Tejera, de 24 años fue asesinado a las
afueras de Caracas.
Con Ronney van más de 115 ciudadanos venezolanos muertos durante las protestas,
lo que hace cada día más y más venezolanos busquen salir de su amado país.
[mensagem organizada por Helion Póvoa Neto]
__._,_.___ Enviado por: "niem.migr" <NIEM.migr@xxxxxxxxx>
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