¿Se deshace la fábula japonesa?
Universo Béisbol
Adiós a la expedición de José Adolis García en Japón. (Foto: Tokyo Sports)
Por Reynaldo Cruz
Aparentemente la mayoría de los peloteros cubanos no están capacitados para
ser contratados con el sistema del INDER, o simplemente la Tierra del Sol
Naciente les resulta demasiado árida, y de casi imposible adaptabilidad, y
el último pelotero cubano contratado por la Nippon Professional Baseball,
José Adolis García, ha visto su contrato con los Yomiuri Giants finalizado,
debido en parte a su incapacidad para adaptarse a la comida japonesa, según
dijo Tokyo Sports. Este problema, que los Yokohama DeNA BayStars sí le
resolvieron a Yulieski Gurriel aunque éste no lo agradeció, siempre fue
precisamente una de las mayores preocupaciones que tuvieron los ejecutivos
de los clubes nipones a la hora de fichar a un cubano.
El Tokyo Sports dijo, citado por YakyuDB, que además de que él no se adaptó
a la comida estaba:
… la incapacidad de la organización de brindarle comida que estuviese más
acostumbrado a comer. Aparentemente (García) dijo a alguien cercano que
extrañaba los frijoles y el pollo asado. (La situación) empeoró tanto que se
tornó insatisfecho con su contrato con los Gigantes.
Para nadie es un secreto que el Yomiuri, equipo más emblemático de Japón, es
un conjunto complicado, y eso bien se le podría preguntar a Frederich
Cepeda, quien pese a la dificultad de adaptarse y a los problemas que debió
enfrentar, podría catalogarse como un ejemplo positivo en su primer año. El
espirituano fue víctima del desespero de la Federación Cubana de Béisbol,
pues:
… con no manifiesta pero sí clara avidez por sacar una tajada, no hizo
estudio alguno de factibilidad, ni analizó un momento las implicaciones que
podría tener dicho fichaje para la carrera del pelotero. Tal vez temiendo
que los directivos de los Conejos Naranjas fuesen portadores de la filosofía
del “todo o nada”, y se fueran a casa sin firmar a nadie más, decidieron
hacer el fichaje, y por supuesto, notificar luego al jugador.
Ahora la víctima es José Adolis García, un free-swinger[i] a quien los
mañosos lanzadores nipones podrían retirar una y otra vez con mucha
paciencia. Más de un ponche por juego (37 por 28) y más ponches que hits (37
por 26) en el Ni-gun o segundo equipo son una muestra bien clara de que
definitivamente el avileño no estaba listo para un contrato profesional en
una liga que —como en la mayoría de las ligas profesionales— cuenta con
lanzadores que tiran rompimientos de verdad y rectas de verdad, que saben
mezclar sus envíos y que dominan el cambio de velocidad o la zona de duda.
Los Kyojin no crean privilegios especiales para los extranjeros, ni para
nadie. Peloteros emblemáticos de la franquicia como Yoshinobu Takahashi o
Shinnosuke Abe tenían que lucharse sus puestos en los entrenamientos. Por
supuesto, que en caso de que no hubiese una diferencia muy grande entre un
latino y un japonés, ellos siempre escogerían el japonés por una opción
estratégica: no debe olvidarse que solamente pueden tener cuatro extranjeros
en el roster de 25, y esos hay que escogerlos con cautela y astucia.
Alfredo Despaigne es otro free-swinger, pero a diferencia de José Adolis, el
“Caballo de los Caballos” mitiga su falta de disciplina en la caja de bateo
con su poder (19 jonrones) y su decente promedio de bateo (.287). Para que
los peloteros cubanos puedan abrirse paso en un béisbol más exigente, a
donde han llegado porque sencillamente son lo que la Federación Cubana de
Béisbol ofrece a los clubes nipones, que no tienen un equipo de scouts
viajando por toda Cuba en busca tal vez de algo que los altos poderes del
béisbol cubano no han visto o simplemente no han querido ver porque no les
caen bien, tiene que aumentar el nivel de exigencia dentro de Cuba.
Lo peor de todo resulta cuando otras fuentes, como Béisbol Japonés, citado
por Zona de Strike, apunta que el gerente general de los Giants, Tatsuyoshi
Tsutsumi, dijo:
En términos generales, luego de ver su rendimiento hasta ahora y analizar
sus posibilidades de desarrollo para el futuro, simplemente llegamos a la
conclusión de que son muy pocas. No vemos potencial en él.
O sea, que la comida y el “gorrión”[ii] no fue lo único que motivó que José
Adolis fuese puesto en waivers[iii], con lo que queda disponible para que
cualquier otro club del circuito nipón solicite sus servicios, algo que
queda con poca probabilidad, dado su pobre desempeño en el Ni-gun: .234, 4
HR, 12 CI, 13 C, 37 K, y 26 H en 28 JJ, o peor aún su breve y lamentable
incursión en la Liga Central (de 7-0, 3 K).
De los peloteros cubanos que han ido directo a la NPB, solamente ADR54 se
mantiene como un valor agregado, al mostrar promedio de .280, con 49
jonrones, 175 empujadas, y un OPS de .862 en partes de dos temporadas y la
presente, que sí está jugando en su totalidad, y ya ha deshecho todas sus
marcas personales acumulativas, faltando varias semanas en el calendario
regular.
El resto no lo ha hecho bien, aunque Yulieski Gurriel sí tuvo un buen
resultado en su único periplo por esa área. Otros que no dejaron quejas
fueron Michel Abreu (líder en jonrones de la Liga del Pacífico en su única
temporada completa con los Nippon Ham Fighters), y ahora lo hace también muy
bien Dayán Viciedo con los Chunichi Dragons, al compilar .272, con 21
vuelacercas y 66 empujadas, pero este último caso aún tiene a la gente
preguntándose cómo es posible que lo hayan dejado libre, luego de tres
temporadas completas en las mayores, dos de ellas con más de 20
cuadrangulares.
Aunque este cierre no significa el fin de la carrera de José Adolis en la
NPB, sí compromete muchísimo la imagen del béisbol cubano ante sus nuevos
aliados comerciales, que comenzarán a tornarse más y más recelosos a la hora
de fichar a peloteros cubanos. Definitivamente, hasta que no transiten por
toda Cuba y tengan la capacidad de ver in situ a los jugadores en acción, no
habrá seguridad de que los japoneses firmen a los peloteros que realmente
andan buscando, y que Cuba deje salir a los que realmente representan un
potencial de desarrollo.
Hasta entonces, esperamos… nuevamente, la historia del fracaso de la gestión
de la FCB se repite.
[i] Bateadores que no tienen mucha paciencia en el plato.
[ii] Manera informal en Cuba de calificar la nostalgia por la tierra o los
seres queridos.
[iii] Renuncia de un equipo a los servicios de un jugador, dejándolo
disponible para que otro club los solicite.
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