Hola, mucho gusto. Soy gay. Sí, como lo oyes. Pero no te alarmes, y sobre
todo no te inventes una imagen de quien soy antes de conocerme. Lamento
informarte que esto solo es una ínfima parte de mi identidad. Soy mucho más
que mi orientación sexual.
Soy la música que interpreto, sea cantando o con un instrumento.
Soy la pasión que me mueve cuando juego un deporte y aliento a mi equipo.
Soy el libro que devoro cada mes, con todos sus detalles e historias.
Soy la fotografía que capturo en el momento más indicado.
Soy la naturaleza que encuentro cuando salgo a caminar; el aire que respiro
y la brisa que me despeina.
Soy los colores que plasmo en cada pintura nueva o los trazos de un bosquejo.
Soy el videojuego que comparto con mis amigos.
Soy el postre que alegra mis almuerzos que, vale decir, son muchos.
Soy el café con aquella persona especial.
Soy la sonrisa que se dibuja cada vez que despierto.
Soy el niño que sueña, el adulto que ama y el anciano que recuerda.
Soy el amigo que abraza cuando alguien se siente perdido.
Soy la mitad de un ala cuando alguien necesitan volar.
Soy un hijo, un amigo, un hermano.
Hola, mucho gusto. Soy más que gay. Soy como tú.
Soy un ser humano.
