El sexo anal ha sido y sigue siendo a día de hoy un tema tabú que hace
sonar todas las alarmas de prejuicios de la sociedad. Aunque no siempre fue
así.
El origen del sexo anal se remonta a la antigua Roma y la antigua Grecia,
aún así sigue siendo un tabú, porque es considerado malsano o depravado;
sin embargo, la fisionomía anal permite el placer tanto en hombres como en
mujeres y no habría razón para dejar de experimentarlo.En la antigüedad el
sexo anal se practicaba con naturalidad en muchas culturas, tanto en
relaciones heterosexuales como homosexuales.
En las épocas grecoromanas el sexo anal era un práctica de lo más habitual
entre hombres y mujeres, siendo una manera segura de lograr el placer
sexual evitando embarazos no deseados. Por un lado, El emperador romano
Tiberio, quien estuvo al mando entre los años 4 y 37, tuvo una vida sexual
verdaderamente tumultuosa. Hizo construir un sitio donde hacía que jóvenes
tuvieran relaciones frente a él, siendo espectador y participante.
En la antigua Grecia, la homosexualidad era algo habitual y era socialmente
aceptado que los hombres jóvenes fueran amantes de los mayores, de quiénes
recibían a cambio una educación política, científica y moral.
Los hombres mayores eran siempre los que penetraban a los más jóvenes, ya
que las relaciones con hombres de la misma edad eran motivo de deshonra.
También en la Antigua Roma, Marco Antonio o Augusto César tuvieron amantes
masculinos. Sin embargo, con la llegada del Oscurantismo a Europa, el amor
por el cuerpo y la belleza dejó paso a la religión.
Como para religión la homosexualidad y la práctica sexual sin objetivo de
reproducción eran pecado, el sexo anal fue condenado. Y en el siglo VI d.C.
el Imperio Romano prohibió la homosexualidad.
Con la llegada del Renacimiento, vinieron los avances científicos, pero la
idea de que los pactos con el diablo se sellaban con un pacto anal
permaneció. Aunque, por suerte, los castigos a dicha práctica dejaron de
ser tan severos
Según un Estudio Nacional de Comportamiento Sexual realizado por el
Gobierno de Chile, el 22,7% de la población incluye el sexo anal durante la
actividad sexual, ello indica que esta práctica, aunque aún no es masiva,
hace parte de la vida sexual de las parejas, tanto homosexuales como
heterosexuales, pues el estudio afirma que “el 25% de los hombres reporta
sexo anal como una de sus prácticas sexuales, en las mujeres este
porcentaje desciende al 20,3%”, que es bastante cercano.
Un mito relacionado con el sexo anal es que está directamente relacionado
con la homosexualidad, esto es falso, muchos hombres heterosexuales
disfrutan de la inserción de un dedo en el ano durante el acto sexual, ello
incrementa el placer y nada tiene que ver con la inclinación sexual.