[chilefuturo] ¿Indignados...

  • From: Patricio Chacon <pachamos@xxxxxxxxx>
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  • Date: Wed, 15 Jun 2011 09:59:00 -0400

...en Italia?
Parece que si, y con un gran éxito muy reciente, Por supuesto,
ignorado por los medios, hasta ahora.

La noticia consta de dos partes: lograron que se votaran tres
referendums. Es la que va ahora.

Está en

Y la copio, porsilasmoscas.
luego va la segunda pata.

El Pato

Italia: un voto constituyente
Ugo Mattei · · · · ·

14/06/11



Si los resultados de las elecciones locales y regionales de hace dos
semanas fueron desastrosos para Berlusconi, el triple referéndum –a
favor de la erradicación de la energía nuclear, a favor de la
prohibición de privatizar el agua, a favor de la igualdad ante la ley
y la subordinación de los políticos a ella— ha sido un verdadero
plebiscito popular, no sólo contra il cavaliere, sino contra el núcleo
duro del programa neoliberal esquilmador y contra un establishment
político y mediático cómplice activo o pasivo de ese desastre. Mirado
con recelo por los partidos políticos del arco parlamentario,
ridiculizado por los tertulianos y expertos de turno, ninguneado por
el gobierno –que apostaba abiertamente por una participación popular
insuficiente—, ignorado por la televisión y el grueso de los grandes
medios de comunicación, el movimiento de base de la población italiana
a favor de la democracia y de los bienes públicos y comunes ha
conseguido movilizar electoralmente al 57% de la ciudadanía y ha
triunfado clamorosamente en los tres referenda, con más de un 94% de
votos favorables. El gran jurista italiano Ugo Mattei califica la
situación así creada como un verdadero momento constituyente.

¡Se ha votado! Parece increíble pero hemos conseguido hacer que el
pueblo soberano se pronuncie sobre cuestiones fundamentales para
nuestro futuro, sin la mediación de los partidos ni de las burocracias
políticas. Hemos conseguido abrir un debate serio en el país, impulsar
instrumentos de acción política y proponer un lenguaje nuevo, el de
los bienes comunes, que ha abandonado el reducido terreno de quienes
se dedican al tema.

No es una meta nueva, ni era descontado que pudiéramos alcanzarla. Una
votación popular que revierta el rumbo de un modelo de desarrollo
fundado en la ideología de la privatización y en la primacía creciente
del interés privado sobre el ´publico, no puede sino molestar a
muchos. Desde el punto de vista político, podría suponer una ruptura y
abrir incluso una fase constituyente capaz de superar en Italia el
bloqueo de un pensamiento único que ha paralizado toda posibilidad de
salida alternativa a la crisis. Por lo pronto, hemos conseguido frenar
el enloquecido festín nuclear que se avecinaba cuando, hace poco más
de un año, se confirmaban los acuerdos italo-franceses entre Edison y
Edf. Un auténtico pactum sceleris que los periódicos presentaron sin
pudor como un paso hacia la modernización.

A Cofindustria se le hacía agua la boca pensando en las jugosas
transferencias de recursos del sector público al privado. Ahora, se
revuelve nerviosa porque ve esfumarse también el negocio del agua, de
los transportes y de la basura. En realidad, si ganamos los
referendos, deberíamos organizar la gestión del agua de manera
coherente con su naturaleza de bien común, es decir, encomendando su
gestión a un sector público reestructurado y democrático a partir de
una lógica ecológica y de largo plazo. Tendremos que encontrar las
inversiones para una gran intervención pública en el territorio que
permita reconfigurar las infraestructuras y prevenir su degradación.
Habrá que crear también puestos de trabajo de calidad como los que,
hace casi un siglo, tenían los guardavías antes que la Asociación
Nacional de Acción Social se convirtiera en una agencia de gestión de
concesiones administrativas.

¿No deberían los capitales privados invertir a largo plazo? ¿No
deberían las concesiones ser transparentes y meritocráticas? ¿Cómo es
posible que no haya dinero público para una reconversión ecológica de
nuestro modelo de desarrollo cuando se destinan unos 200 millones de
euros al mes para perpetrar masacres civiles en Libia y Afganistán,
incumpliendo de manera brutal la Constitución?

Plantear estas preguntas no ha sido sencillo. El gobierno tuvo el
descaro de incluir en la exposición de motivos del decreto Ronchi la
gran mentira según la cual la cesión al sector privado del servicio
hídrico y de los servicios de interés económico general (transportes y
recolección de residuos) sería obligatoria según el derecho europeo y,
por tanto, no susceptible de ser sometida a referéndum. Este argumento
ha sido el mantra repetido por nuestros opositores (bipartidistas)
mientras recogíamos millones de firmas e iniciábamos un gran proceso
desde debajo de alfabetización hídrica, ecológica e institucional que,
por sí mismo, ha hecho de Italia un sitio mejor. Luego, la Corte
constitucional acogió con una mayoría de dos tercios nuestra
iniciativa refrendaria, desautorizando al gobierno, dejando claro los
límites culturales de los planteamientos de la Abogacía del Estado y
reconociendo la importancia incluso en términos jurídicos de la noción
de bienes comunes (poco después de que la noción fuera acogida y
desarrollada incluso por el Tribunal de Casación)

A partir de aquel momento, el gobierno debería haber asumido su papel
de "administración" en respeto de la Constitución. Lejos de hacerlo,
sin embargo, dilapidó 350 millones de euros –el mismo dinero público
imposible de destinar a la reparación de los acueductos- para combatir
los referendos. De inmediato presentamos un recurso contra esta
vergüenza, pero ni el Tribunal Administrativo Regional de Lazio ni la
Corte Constitucional tuvieron el valor de oponerse. El 4 de abril
estalló la cuestión de la par condicio [sobre la igualdad en el acceso
a los medios de comunicación N.d.T.] que convirtió en tabú la
discusión sobre los bienes comunes, mientras la mayoría política se
hacía con la Comisión de Vigilancia con el objeto de impedir que se
aprobasen los decretos necesarios para asignar espacios a los
promotores de los referendos.

En un momento en que la terrible tragedia de Fukishima vuelve
imposible no hablar de la cuestión nuclear, el gobierno, como un niño
cogido por su madre con las manos en un bote de mermelada, marcó un
gol en propia puerta y dio un espaldarazo al referéndum. Con el tacto
jurídico de una mayoría que a fuerza de despreciar la legalidad no
sabe cómo utilizarla, el decreto ómnibus intentó frenar la votación
sobre las nucleares. Durante unas semanas, la confusión generada en la
opinión pública fue total. Sin embargo, la torpeza y vulgaridad de
este golpe de último minuto acabó por activar en el cuerpo electoral
los anticuerpos de la indignación. Nuestra energía se multiplicó y se
sumaron apoyos hasta entonces impensables. El vínculo cultural entre
la cuestión de la energía nuclear y la del agua, puesta de manifiesto
en las reflexiones sobre los bienes comunes, hizo crecer el espesor
político de nuestros análisis, así como el significado de los
referendos. Mientras tanto, el mundo católico, movilizado por ese gran
exponente de la visión política a largo plazo que es Alex Zanotelli,
entraba también en campaña. En este escenario, los referendos, con sus
redes integradas por decenas de miles de activistas en buena parte
ajenos a los partidos, aparecen como la expresión italiana de las
primaveras árabes y de los indignados españoles. En pocas horas
sabremos si la mayoría del pueblo italiano comparte nuestro intento de
conferir fuerza política constituyente al replanteamiento de las
relaciones entre lo público y lo privado a través de los referendos
abrogativos a favor de los bienes comunes. En caso afirmativo, la
codicia por el oro azul habrá reducido a papel mojado, al menos en
Italia, la tesis del fin de la historia y el pensamiento único.

Ugo Mattei (Turín, 1961) es catedrático de derecho internacional y
comparado en la Facultad de Derecho(Hastings College of Law), de la
University of California,  y de derecho civil en la Facultad de
Jurisprudencia de la Università degli Studi de Turín. Civilista
europeo de vivísimo ingenio –del temple de sus dos grandes maestros,
Rodolfo Sacco y Rudolf Schlesinger—, rojo impenitente, trabajador
infatigable, académico de libro, common lawyer a la anglosajona y
abogado de todo género de causas, cruza el Océano Atlántico al menos
dos veces al año para impartir sus clases, un semestre en San
Francisco y otro en Turín. La editorial italiana Il Mulino acaba de
publicar su libro: Invertire la rotta. Idee per una riforma della
proprietà pubblica [Invertir el rumbo. Ideas para una reforma de la
propiedad pública], coescrito con Edoardo Reviglio y Stefano Rodotà.

Traducción para www.sinpermiso.info: Gerardo Pisarello



-- 
Patricio Chacon Moscatelli
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