[chilefuturo] La indignación no basta...

  • From: Patricio Chacon <pachamos@xxxxxxxxx>
  • To: Jorge Gómez Barata <jgbarata@xxxxxxx>
  • Date: Sat, 15 Oct 2011 15:32:01 -0300

Mi amigo cubano Jorge Gómez Barata ha publicado artículos criticando a
los Indignados.

Copio el último, al que luego le contesto. (Está en
http://www.argenpress.info/2011/10/la-indignacion-no-basta-parte-ii.html
)

miércoles 12 de octubre de 2011
La indignación no basta (Parte II)
Jorge Gómez Barata (especial para ARGENPRESS.info)

En la política confundir deseos con realidades es fuente de
frustraciones y de descrédito. La indignación es un estado de ánimo,
no una convicción ni una militancia, tampoco una definición.

Hasta el presente los europeos manifiestan indignación por como ha
sido gestionado el sistema, un punto de vista crítico respecto a los
operadores políticos que no saben cómo administrar la crisis y cuya
incompetencia conduce a la pérdida de conquistas sociales asociadas a
los “estados de bienestar” y no una posición ideológica
anticapitalista.

Quien quiera hacerse ilusiones está en su derecho lo que no debiera
ocurrir porque no es políticamente correcto es levantar falsas
expectativas. No es así como caerá el imperio y Dios nos libre de que
fuera a ocurrir de ese modo. Hace más de un siglo que la anarquía dejó
de ser una opción válida y la espontaneidad fue descartada. Tal vez
Marx tenía razón y ninguna sociedad desaparecerá hasta que no haya
desarrollado todas las fuerzas productivas que caben en ella.

Lo que ocurre en Europa no es resultado de la evolución ideológica de
las mayorías, ni siquiera del proletariado industrial, presuntamente
la clase más consciente, sino una movilización de heterogéneas fuerzas
sociales hasta ahora integradas al sistema y que recién descubren lo
que muchos sabían y es que el esplendor de sus sociedades contiene
elementos de ficción que la crisis ha revelado como insostenibles.

El derrumbe del socialismo real es acompañado ahora por el desplome
del capitalismo presunto contenido en los “estado de bienestar”. Se
trata de una reacción ante la demolición del mundo bonito en que hasta
hace poco vivían que se sostenía en la especulación, no pagaba sus
deudas ni cobraba impuestos a los ricos y que difícilmente pueda ser
restablecido. No es que los gobernantes ahora no quieran comprar la
paz social con dadivas como antes hicieron, es que no pueden. El
estilo mullido de vida europeo es una baja directa y no un daño
colateral.

Muchos de los que ridiculizaron al socialismo por repartir
equitativamente la pobreza se encuentran ahora con que tampoco podía
repartirse la riqueza que no existía. El empleo se contrae, los
salarios bajan, las prestaciones se reducen y las oportunidades,
incluyendo las de educarse y curarse son menores. Por primera vez los
hijos vivirán peores que los padres y muchos, como en tiempos
pretéritos tendrán que esperar para heredar coches y casas. Los
emigrantes regresaran a casa y alguien recogerá los tomates y las
patatas.
La burbuja estalló no por una crisis inmobiliaria ni cambiaria,
tampoco por la contracción del crédito, ni por la especulación
bursátil, sino por malformaciones estructurales y defectos genéticos
con los cuales el capitalismo puedo crecer durante largas etapas pero
no puede hacerlo eternamente. No se trata de políticas fiscales más o
menos ineficaces, sino de un orden social y de un estilo de vida
inviables.

Una sociedad que paga millones de euros a jovencitos por patear
balones, un coche creado para durar 20 años se usa 12 meses, las damas
compran vestidos para usarlo una noche, se desperdicia la cuarta parte
de la comida y el 50 por ciento del alumbrado urbano es superfluo, no
puede además proteger a los pobres, a los ancianos, a los niños y a
los desempleados.

No recuerdo a españoles o griegos indignados ante la pompa ridícula y
costosa de las olimpiadas de Barcelona o Atenas, no hay noticias de
algún británico indignado porque en Londres se construyan fabulosas
instalaciones cuya demolición comenzará el día después de la
finalizada olimpiada. Hay algo peor: sudafricanos y brasileños en
lugar de cambiar las reglas, las imitan para disfrutar su minuto de
gloria y luego, en algún momento padecer la resaca.
Los europeos, en primer lugar los gobiernos pero también las empresas
y los ciudadanos deben aceptar la evidencia: gastan demasiado, mucho
más de lo que ingresan y la cuenta no da. El cobertor no alcanza para
tanto y muchos sabían que al final la cuerda quebraría por el lado más
débil.

Las cosas no ocurren así porque la burguesía decimonónica haya
retomado el poder, sino porque lo perdieron los creadores de las
sociedades de consumo y usufructo, llamados por Carlos Marx
“capitalistas de dinero” que creyeron que el mundo podía diseñarse en
los bancos, que el crédito podía preceder a la creación de valores y
que la gente y los gobiernos, indefinidamente podían gastar más de lo
que ganan.

La anécdota se cuenta de diversas maneras pero es simpática aquella
que alude a un latinoamericano de a pie que se encuentra con un
español de su misma condición e indignado la emprende a golpes con el
infeliz.

- ¿Por qué lo hace paisano?

- ¡Porque estos tíos exterminaron a los aztecas y a los mayas!

- Es cierto pero eso ocurrió hace 500 años

- ¡Es que yo me acabo de enterar!

Los europeos acaban de enterarse que el capitalismo tiene un lado feo
y se muestran perplejos e indignados aunque también los hay
obedientes. En Wall Street también ocurren cosas. Luego les cuento.

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Amigo Jorge:

He leido con sorpresa tus escritos con este nombre.

¿No te gusta que la gente tome consciencia de que están siendo explotados?

Cierto que no están siguiendo el Manual de "Como se hace la
Revolución", pero que están cambiando el clima político, no cabe duda.
Los pinguinos chilenos tampoco lo siguen, y tienen al gbno contra las
cuerdas. En Islandia dieron un giro de 180º en sólo unos meses.

Me parece que los viejos debemos aceptar nuevos métodos frente a
nuevas condiciones, y lo que nos parecía evidente ya no lo es: en
Chile al menos, la "clase obrera" desapareció, ya no existe, se
transformó en consumistas endeudados del sistema financiero, los ricos
han desarrollado nuevas formas de ganar un poco más cada día mientras
hipnotiza a la chusma con nuevas versiones de Pan y Circo.

Hasta que la chusma se cabrea, se da cuenta que no va a ninguna parte,
que les están pelliscando las pelotas, y, a su modo, se juntan para
decir que no quieren que la cosa siga así.

Y dejan de ser invisibles, consiguen que masas crecientes empiecen a
tomar conciencia, que empiecen a sentir que pueden hacer algo más que
sufrir en sus casas o quejarse de la mala suerte.

Eso, ¿no te gusta?

A mi si, y mucho.

Y acepto que los cambios que se consigan no eliminen al capitalismo,
pero que al menos le cambien la cara y el alma.

Espero que la Indignación mundial siga creciendo, y con eso, la
conciencia de que el puro lucro no puede ser el que mueva al mundo,
que la participación y la colaboración empiecen a tomar cada vez mayor
protagonismo.

Me da lo mismo cómo se hace, mientras se haga.

Y no me parece correcto echarle pelos a su sopa, sólo porque a mi me
habría gustado que lo hicieran a mi modo.

Piénsalo.

Un abrazo
Patricio



-- 
Patricio Chacon Moscatelli
Fono 56 9 96285304
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